Lluvia desciende desnuda por la escalera. Al caer, sus gotas bailan y danzan hasta formar una fuente. Se derrama sobre un tejado que se abre como un armario y allí elige sus vestidos: un traje de conchas y otro de pez. Al transformarse en Mar, se adormece y cuelga sus trajes; el armario se convierte en cama y las puertas en sábanas que la arropan en el sueño.
Un ramillete de globos la eleva al cielo, donde contempla su última metamorfosis: Nube, con forma de sillón.