Bug

Juan Mocholí

 

«En “Los Multiplistas”, cuento perteneciente al libro Ciberiada, Stanislav Lem imagina una cultura en la que la cantidad lo es todo y tiene como consecuencia más inmediata una plurivalidez de los signos y, consiguientemente, su vaciado de contenido. En el Reino, sólo son valoradas las masas, no los seres individuales. Los diversos usos que el Rey de los Multiplistas da a sus súbditos son significativos. El rey le cuenta a Trurl que sus súbditos pueden ser, literalmente, convertidos en signos, mosaicos vivientes que pueden “componer unos letreros educativos para cualquier circunstancia". (Trurl, imperturbable, piensa, para si, que la cantidad excesiva de seres racionales es muy peligrosa, porque los asemeja a la arena”). Trurl crea, para el Rey, un Consejero perfecto. Como pago, el Rey le ofrece regalarle “doscientos o trescientos mil" de sus súbditos. A Trurl, sin embargo. este pago le parece poco práctico y le pide oro, cosa a la que el Rey, al final, accede. Pero después, cuando el Rey intenta estafar a Trurl no pagándole lo que le corresponde, Trurl idea una estratagema para hacer que el Rey sea víctima de la misma multiplicidad de los signos con que ha tratado de perjudicarlo a él. Trurl envía una carta al Consejero, sabiendo que el desconfiado Rey creerá que está escrita en algún código. Como no hay tal código, tampoco hay restricciones que limiten la interpretación, y los expertos del Rey generan cada vez más mensajes posibles a través de la carta. El Rey, se vuelve víctima de su propia falta de restricciones éticas, llama al “más insigne especialista en estrictos secretos", el profesor Gripianus. El distinguido creador de signos invisibles entrópicos, le asegura al Rey que él es capaz de descubrir el verdadero u único significado de la carta enviada por Trurl como venganza. “Si se sumaban todas las letras de la carta, restando del número obtenido la paralaxia del sol y la producción anual de paraguas y sacando la raiz cúbica de lo que quedaba", obtendría la respuesta. Los agentes del Rey confirman la solución del profesor torturando al infortunado ciudadano cuyo nombre es un anagrama de la palabra obtenida.” (Katherine Hayles, La evolución del Caos, 1993).

Bug: chinche, bicho invisible, micrófono oculto, trampa no implementada que produce errores indeseados en un programa informático. Trampa. Encerrona.

Cripticismo, pluralismo, simbolismo. He pensado que la poética de Teresa Tomás tiene relación con lo críptico. Cuando miro ciertas obras de arte, Io primero es un leve aturdimiento mental (iay! ¿y si esos signos nos remitieran a configuraciones de sentidos o contenidos siempre distintas?). Luego, me suelo tranquilizar (un artista, excepto el Surrealista, no nos la gastaría así). Pienso que en todo arte participan, más o menos leves, destellos de incertidumbre. Que se despeje esta incertidumbre depende muy posiblemente de si podemos fijar o estabilizar alguna estructura en nuestro ejercicio ante la obra. Nos gustaría que esa estructura fuera compartida con el autor, aunque no es necesario. ,¿Qué podría desear, por tanto, en un trabajo de arte?. La certeza. Así, en el arte también buscamos certezas. No por principio, sino por proceso. Pienso, entonces, en la obra de arte como en un rompecabezas, con una diferencia: su solución no es la imagen, su solución no es ni siquiera una metáfora, es algo más que eso, es un sistema en el que la imagen, o la metáfora, se torna en un ejemplo de otras muchas que podrían ser y que comparten las mismas leyes de un mismo universo. Pienso en la criptografía. El código secreto está ciertamente contenido, mezclado, en el mensaje encriptado. Cuando hallamos ese código, tenemos algo más que un mensaje, pues repentinamente se abren otras muchas posibilidades. El mensaje se ve reducido a una muestra o ejemplo, y lo que importa es la manera en que los mensajes se pliegan y se despliegan (a semejanza de las sombras y la papiroflexia). Del mismo modo, en arte, lo que se nos presenta (la imagen visible y reconocible) supone el código para desencriptar y descomprimir un cosmos. Como en criptografía, en arte, la lectura de mensajes es, ante todo, el descubrimiento de los mecanismos de cifrado, que nos abre un mundo, la lógica del diseño de los enigmas. Para mi, la obra y trayectoria plástica de Teresa Tomás es independiente y original al haber planteado las conexiones entre lo simbólico y su interpretación, bajo ese prisma perfectamente racionalista, de problemas y soluciones, como desdoblamiento. Y, aún más, entre la interpretación y desdoblamiento de lo simbólico y el desdoblamiento de lo útil y lo práctico. Pues la sustancia de la que absorbe su energia lo simbólico es la misma que la que alimenta el objeto útil y práctico. Como ya dijo J. E. Cirlot, el simbolismo trata de integrar los elementos cósmicos en una especie de utilitarismo significacional, eliminando todas las contingencias, en favor de "sólo el impulso de desdoblamiento" (yo diría, función). No hay nada de ambivalente, ni de superfluo, en la doble condición simbólica y práctica de los objetos de Teresa.

Epilogo. Comprendo que, a veces, uno tenga la sensación de que se la juegan, como Trurl al Rey de los Multiplistas, con las evidencias. Pero la historia de Trurl -constructor de uníversos- muestra el lugar donde debe situarse el límite de la interpretación. Distinguir lo inconmensurable de lo borroso (irracional, incierto), en otras palabras, lo diferente de lo indiferente, puede ayudar a establecer el objetivo de mi mirada al mundo hacia los valores propios, positivos, únicos, de las cosas.

 

FUENTE: CATÁLOGO MUJER BOTELLA.

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